CIENCIAS SOCIALES
La llamada “Revolución Industrial” ocurrió en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII. En esa época, creció muchísimo la demanda de productos textiles, como las telas de algodón. Ante esa situación, los dueños de los talleres buscaron mejorar y aumentar lo que producían. Para ello, incorporaron máquinas para hilar y tejer (algunas movidas por la energía del vapor). Como las máquinas eran muy grandes, dejaron los pequeños talleres y se instalaron en las ciudades, en establecimientos más espaciosos: las fábricas.
Con la aparición de las fábricas, muchas personas se trasladaron del campo a la ciudad en busca de trabajo. La población urbana creció y las fábricas se multiplicaron. Así surgió la sociedad industrial, que quedó formada por dos grupos principales: la burguesía (integrada por los dueños de las fábricas) y los obreros (aquellos que trabajaban en las fábricas a cambio de un salario).
Durante la segunda mitad del siglo XIX, en cambio, las nuevas industrias que provocaron la llamada Segunda Revolución Industrial se desarrollaron, sobre todo, en Alemania y en los Estados Unidos. Hacia mediados del siglo XIX, comenzaron a aplicarse nuevos adelantos científicos y tecnológicos a la industria. Esos adelantos, especialmente, la utilización de nuevas fuentes de energía –la electricidad y el petróleo- desencadenaron una nueva etapa en el proceso de industrialización: la llamada Segunda Revolución Industrial.
Además de las nuevas fuentes de energía, una serie de inventos como la lamparita eléctrica, el telégrafo, el teléfono, la fotografía, el cine, el automóvil y el aeroplano, cambiaron las costumbres de la gente.
La metalurgia pesada (dedicada a la fabricación de vehículos y maquinarias), la eléctrica y la química fueron las industrias que más crecieron durante esta época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario